Hiro es un ídolo de masas, un dios de la música con una vida carente de significado. El día que conoce a Freya y le explica que no es quien cree ser, su ya de por si inestable existencia se vuelve más caótica todavía. Quizás ella pueda llenar el vacío que lo corroe, pero, ¿a qué precio?

Justo trabaja en una mina en el lejano planeta Irgat. Siempre protegido del aire tóxico de su atmósfera, su vida es rutinaria y segura, pero algo en su corazón encuentra grietas en la férrea realidad en la que vive y empieza a experimentar una emoción hasta ahora desconocida: el deseo de libertad.

Hiro y Justo, tan lejos el uno del otro, y tan cercanos a la vez, son la clave de una revolución que lo va a cambiar a todo para siempre.

Arturo Aranda, investigador de fenómenos extraños, llega a Gran Canaria siguiendo un rumor que habla de brujería en el pueblo de Arucas. Estamos en los años veinte y el viaje es largo y pesado, pero está convencido de que hay una buena historia que desentrañar e, incluso, escribir un libro.  

Su objetivo es la Casona de los Torres, una bucólica hacienda familiar plantada en medio de un inmenso campo de plataneras. Allí es recibido por su propietaria, la señorita Gibson, una anciana postrada en una silla de ruedas, y acepta su hospitalidad para quedarse en la vieja mansión durante unos días.

Pero Arturo no sabe hasta qué punto son ciertos los rumores. Han entrado en la Casona pero, ¿será capaz de salir con vida? 

¿Podrá soportar la verdad sobre los acontecimientos que están a punto de desarrollarse a su alrededor?